Han transcurrido cerca de 100 años desde que el visionario e ingeniero eléctrico Nikola Tesla desarrollara los principios de la corriente eléctrica inalámbrica e intentara construir la torre Wardenclyffe. Ahora, una startup neozelandesa se propone llevar a cabo el sueño de Tesla en el mundo.
La startup fue fundada por Greg Kushnir en Nueva Zelanda el año 2019. La compañía cuenta con un equipo de científicos, técnicos e ingenieros que han logrado desarrollar un sistema que convierte la electricidad en ondas, la emite de un punto a otro y luego la vuelve a transformar en electricidad con casi el 100% de eficiencia.
Para cumplir con su meta, Emrod ha creado y patentado un sistema tecnológico que consiste en una antena de transmisión, un relevador electrónico y un receptor o “rectena”. Dicho complejo permite que la señal eléctrica tenga un alcance de varios kilómetros de manera segura, económica y eco-amigable. Además, debido a que la señal es enviada como rayos directamente entre dos puntos, no emite radiación alrededor del rayo.
El proceso de suministro de corriente eléctrica inicia con la conversión de esta en ondas electromagnéticas. Una vez convertida, la señal eléctrica es transmitida en forma de rayos cilíndricos a las estaciones cercanas. La frecuencia empleada para su emisión es la misma usada para redes WiFi o conexiones Bluetooth. El receptor final o “rectena” sirve de transformador para que las ondas electromagnéticas vuelvan a su forma original y lleguen a su destino.
Si bien la propuesta de energía inalámbrica no es novedosa, el proyecto de Emrod es único porque garantiza verdadera viabilidad comercial al no sufrir pérdidas de corriente durante su funcionamiento. Incluso, para evitar daños a algún objeto que pueda cruzar el rayo, como un ave o un dron, los nodos emiten láseres de baja energía alrededor del rayo para cortar la señal eléctrica apenas un objeto entre en contacto con ellos. De esta forma, el cuerpo seguirá su trayectoria sin verse afectado.
Quizás esto último sea la única limitación que posee esta novedosa tecnología. Pero los diseñadores confían en que, aunque la visión entre los receptores no deba verse interrumpida, su eficiencia y bajo costo lo vuelven una alternativa más que posible.
Actualmente la startup cuenta con dos oficinas, una en Nueva Zelanda, su país de origen, y otra en California, Estados Unidos. Además del alto rendimiento del sistema y sus novedades, las tecnologías que ha Emrod ha desarrollado podrían servir para hacer llegar energía eléctrica a zonas de difícil acceso a un menor costo que el actual.
Se espera que para octubre del presente año puedan iniciarse las pruebas de suministro energético de la mano de la compañía eléctrica Powerco. Asimismo, Emrod ha anunciado tener planes de instalar un servicio de suministro de energía eléctrica inalámbrica desde Nueva Zelanda hasta la Isla Stewart, una distancia promedio de 30 kilómetros. De ser exitosa la prueba, estaríamos ingresando a una nueva generación de servicios públicos.
Emrod: https://emrod.energy/about/