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Cuarta Revolución Industrial

Las diferentes sociedades humanas han evolucionado y mutado constantemente por variables tan distintas como el medio geográfico, la cultura, la interacción entre sociedades y la aparición de tecnologías y técnicas como expresiones del avance científico que posea el grupo humano. Pero en los últimos siglos se han suscitados cambios que marcaron un antes y un después en muchos aspectos de la vida humana, estos han sido denominados como Revoluciones Industriales.

Estos procesos de cambio acelerado comparten una serie de características para entenderse como tales: a) Una notable diferenciación técnica y tecnológica; b) un aumento considerado del nivel de bienestar como consecuencia de “a”; y c) un cambio de paradigma social, es decir en el modo de interpretar, vivir y crear la sociedad.

La Primera Revolución Industrial inició a mediados del siglo XVIII en Gran Bretaña producto de una serie de reformas en las técnicas de cultivo que incrementaron la calidad y cantidad de alimentos disponibles, lo cual generó una relación directamente proporcional con la salud de los ciudadanos, las oportunidades de supervivencia, el surgimiento de ciudades más pobladas, una mayor demanda de productos, riqueza económica y la aparición de máquinas a carbón para satisfacer las mayores escalas de demanda en rubros como el transporte, la manufactura y la textilería. Los espacios de producción dieron origen a las fábricas y con ellos una clase social emergió, el proletariado. Este modelo se expandiría en las décadas de 1820 a 1840 hacia el resto de Europa.

La Segunda Revolución Industrial le siguió a mediados del siglo XIX tras el abaratamiento del costo del acero, metal que reemplazó al hierro por su calidad y resistencia. Así la siderurgia destacó como un pilar de este nuevo periodo de cambios. La aplicación de energía eléctrica para el alumbrado y su masificación permitió la potenciación de motores para fábricas y transportes. Las comunicaciones lograron un nivel de eficiencia nunca antes visto gracias al auge del telégrafo eléctrico y el cableado transatlántico. Ahora un mensaje intercontinental podría demorar dos días en lugar de meses. El desarrollo del motor de combustión impactó en el mercado del petróleo, revolucionando el transporte y la economía por completo. La denominada clase media surgió en este periodo tras la revisión y legislación laboral a favor del obrero.

La Tercera Revolución Industrial se suscitó tras las pausas que fueron la Primera Guerra Mundial, el crack económico de 1919 y la Segunda Guerra Mundial. Sus principales campos de acción fueron la electrónica, que valió una mayor independencia de las máquinas, reestructurando los sentidos de fábrica y de operacional existentes hasta entonces; la informática, que como un producto de la electrónica dio origen a las computadoras, la conexión a Internet, la telefonía móvil, y un universo de telecomunicaciones sin precedentes. En el aspecto laboral, tras la automatización de producción con el invento del brazo robótico UNIMATE, creado por Dovel y Engelberg en 1959, el auge de servicios y tercerización como nuevas ofertas laborales tuvieron un avance significativo.

Finalmente, aunque muchos pudieran discutir su ocurrencia o no, es inobjetable que en estos tiempos, tras casi haber cumplido dos décadas del nuevo siglo, el avance científico se inclina hacia una convergencia que ve sus frutos no solo en la investigación sino en el desarrollo de nuevas tecnologías avanzadas o conjunto de tecnologías convergentes NBIC (nano-bio-info-cogno tecnologías) que naturalmente se traducen en un impacto social tremendo.

Esta nueva etapa se denomina como Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0 y se caracteriza por la convergencia de los aspectos físico – digital – biológico [1] en el conjunto de tecnologías NBIC como la nanotecnología médica o de manufactura, las biotecnologías como la bioimpresión 3D o la ingeniería genética, los implantes cerebrales o la interfaz cerebro – máquina y muchos más.

Otro aspecto es la manipulación de grandes volúmenes de información o Big Data, además de lo que implica la recolección de dicha información como el Internet de las cosas o la computación en la nube. Esto converge con el avance científico sobre el las ciencias cognitivas al dar origen a la gnoseotécnica, el estudio y técnica que abarca la informática y la inteligencia artificial hacia la producción y creación de naves no tripuladas y robots autómatas.

La Cuarta Revolución Industrial implica un enfoque multipolar al abarcar todos los sectores de una sociedad, pues la vida, si no lo es ya, será impensable sin un ordenador o un medio que nos conecte con la realidad informática o robótica. La aparición de las Smart Factories es una peculiaridad de esta etapa que vivimos. Si alguna vez se requirió de una fábrica o centro de trabajo, hoy en día el protagonismo tremendo del software como gestor de información permite la toma de mejores decisión rompiendo las barreras físicas y espaciales. Con un botón puedes activar tareas, enviar mensajes y presentar informes.

El proceso de cambio de la Cuarta Revolución Industrial responde a la velocidad con que la tecnología evoluciona, la información se comparte y trabaja, así como al intercambio y retroalimentación de ideas innovadoras.

Representa un cambio amplio y profundo, principalmente en el “cómo” y “qué” hacemos, salvo que a diferencia de las anteriores revoluciones, estos cambios serán parte de un proceso más enfocado, y no a ciegas, hacia la modificación del “quién” somos. Y su impacto es a todo estrato social [2].

En el rubro educativo se proyecta a lograr una formación online, la cual consiste en la formalización de estrategias educativas virtuales para personas de cualquier edad que requiera de nuevos conocimientos [3].

Hoy en día nos hallamos  a puertas de este gran cambio social, económico y político. El avance tecnológico devendrá en una Singularidad Tecnológico, tarde o temprano. Las máquinas ocuparán mayores espacios y realizarán tareas que hace 50 años eran impensables. El conocimiento será desarrollado en grandes cantidades, la divulgación e investigación científica será exponencial. Es por ello que no debemos quedarnos atrás. Latinoamérica en sí vive un proceso de tecnofobia y rechazo al adelanto tecnológico que no es más un sueño, sino una realidad. Por ello conviene y se torna una imperiosa necesidad la actualización educativa, el replanteamiento de problemas y la proyección de nosotros como individuos y del país como sociedad hacia la inclusión de estos fenómenos de cambio social para evitar ser devorados en el proceso. Es por ello que surge la Extrapolítica, como una propuesta hacia la consecución de una Sociedad Avanzada, Tecnológica y Transhumanista.

Piero Gayozzo

Fundador y Sub Director del IET

Notas

[1] Giménez, Iván. El futuro del trabajo y el trabajo del futuro. Ed. RBA. España. 2017.

[2] Schwab, Klaus. La Cuarta Revolución Industrial. World Economic Forum. Debate. Recuperado de:  http://40.70.207.114/documentosV2/La%20cuarta%20revolucion%20industrial-Klaus%20Schwab%20(1).pdf

[3] Ibídem.

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